Hace algún tiempo ya, que sustraje el verbo de mi trabajo plástico. Yo no hago literatura. Mi reto es establecer una comunicación con el espectador llevándole a un espacio de aparente indefinición construido sobre la base de otros códigos de lectura donde el ojo sea el principal elemento de dicha comunicación. No hay nada que decir, nada que explicar: la línea, el color, el gesto o el ritmo, pero también la emoción, la pasión y la sensualidad crean su propia gramática, su propia sintaxis. La revelación no se logra a través de las palabras, éstas estan de sobra.